Trilce L

[Laurie Lomask (New York)]

 

Trilce L: El cancerbero cuatro veces

O mundo me condena, e ninguém tem pena
Falando sempre mal do meu nome
Deixando de saber se eu vou morrer de sede
Ou se vou morrer de fome
Mas a filosofia hoje me auxilia
A viver indiferente assim
Nesta prontidão sem fim
Vou fingindo que sou rico
Pra ninguém zombar de mim
Não me incomodo que você me diga
Que a sociedade é minha inimiga
Pois cantando neste mundo
Vivo escravo do meu samba, muito embora vagabundo
Quanto a você da aristocracia
Que tem dinheiro, mas não compra alegria
Há de viver eternamente sendo escrava dessa gente
Que cultiva hipocrisia.

 

(El mundo me condena, y nadie tiene pena
Hablando siempre mal de mi nombre
Dejando de saber si voy a morir de sed
O si voy a morir de hambre
Pero la filosofía hoy me auxilia
A vivir indiferente así
En esta preparación sin fin
Voy fingiendo que soy rico
Para que nadie se burle de mí
No me incomodo de que diga
Que la sociedad es mi enemiga
Pues cantando en este mundo
Vivo esclavo de mi samba, aunque vagabundo
Cuanto a usted de la aristocracia
Que tiene dinero, pero no compra alegría
Hay que vivir eternamente siendo esclavo de esta gente
 Que cultiva hipocresía)

 

Estas palabras son de la letra de la canción “Filosofia”, del compositor, sambista y guitarrista brasileño, Noel Rosa (1910-1937). Nativo de Rio de Janeiro, Rosa vivió sus pocos años de vida en medio de la bohemia carioca, hasta su precipitada muerte de tuberculosis. Si dieciocho años menor que Vallejo, murió solamente un año antes. A pesar de pertenecer a diferentes generaciones y contextos culturales, se puede percibir que los dos artistas expresan sentimientos complementarios sobre el control, la dirección y la plenitud en la vida de uno.  

 

Ofrezco aquí la música de Rosa como contrapunto y yuxtaposición a “Trilce L: El cancerbero cuatro veces” de Vallejo. Son dos composiciones que demuestran un rendimiento ante la injusticia social – en Vallejo más específicamente ante el sistema penal, en Rosa ante la jerarquía de clases y el tedio de la vida cotidiana – en que el libre albedrío del individuo se ve demolido por fuerzas ajenas e invisibles, inventadas por el ser humano pero nada propias a la naturaleza.

 

En “Trilce L” tenemos una subordinación del cuerpo del hombre enclaustrado en la cárcel. Desde dentro de su celda, Vallejo describe en forma lírica su experiencia biográfica, comparando su cuerpo con el espacio cerrado que ocupa, los barrotes con las costillas, el abrir y cerrar de la puerta con su propia respiración. El carcelero, simbolizado por el apodo cancerbero, trabaja con una regularidad maquinal que más de una década después nos recordaría la película de Charlie Chaplin, Tiempos modernos (1936). La ironía resuena en que la figura que supuestamente tiene más poder en este poema, es también la más patética.

 

La canción “Filosofia” habla de una manera más general sobre la injusticia social. Quien vive acumulando dinero acaba también acumulando poder, perjudicando las vidas de los demás. Irónicamente quien demuestra más indiferencia ante la sociedad, se salva de su lógica cruel. Para Noel Rosa, la esclavitud de esta vida es doble: por parte de la aristocracia y también por parte del arte que es su samba. El arte se refiere a la música y a la poesía, al ritmo y a la composición, pero también al mismo espíritu del cuerpo que sirve de receptáculo del alma. Desde luego volvemos a Vallejo, quien de su manera también destaca que el cuerpo es en sí una celda, la libertad quedando a poco pasos de una clausura, la vida una paréntesis insertada entre las reglas impuestas desde afuera.